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domingo, 22 de marzo de 2015

Bye bye, "Glee"! ;)


 

Hola, amigoss!!

Ayer, tras seis años en antena se emitió el último capítulo de Glee, una serie que pasará a la historia por ser una serie musical que ha enseñado grandes valores a la gente, por sus increíbles versiones y, por qué no decirlo, por ser una de las pocas series que cuentan (desgraciadamente) con una maldición. Aunque esta serie pedía a gritos una final desde hacía tiempo, la verdad es que esta última temporada me ha gustado mucho, y me ha dado mucha pena que se haya terminado, así que, ¿qué os parece si la comento con vosotros? (Aviso: SPOILERS)

Regreso al hogar:



En la temporada pasada, vimos como nuestros chicos acaban desperdigados por el mundo y solo Sam (Chord Overstreet) decidía regresar a Lima (Ohio): la ciudad que les vio crecer. Sin embargo, poco a poco todos volverán: Rachel (Lea Michele), tras cometer el fracaso absoluto de abandonar Broadway y protagonizar una serie más mala que Ellas y el sexo débil (bueeeeno, he exagerado un poquitín, pero mala era un rato), regresa al McKinley para hacerse cargo del Glee club que Sue se encargó de disolver la temporada pasada. Para ello contará con la ayuda de su gran amigo Kurt (Chris Colfer), quien está por Ohio haciendo un trabajo para la universidad y que ha roto su compromiso con Blaine (Darren Criss), tras lo cual él se deprimió y sus notas empezaron a bajar, lo que hizo que le expulsaran de NYADA, con lo cual regresó a la Academia Dalton para dirigir a sus queridos Warblers (que nos siguen regalando covers tan maravillosas como la de Sing!). ¿Creéis que es un caos que estos tres amigos dirijan coros rivales? Bien, pues la cosa no acaba aquí, pues Will (Matthew Morrison), el que fuera profesor en el McKinley y director de New Directions ahora dirige a los Vocal Adrenaline, que, para variar, tienen a un líder repelente, esta vez llamado Clint (Max George, aka "el calvito de The Wanted", aunque ya no está calvo jaja). Que cada uno dirija un coro no pinta demasiado bien, ¿verdad? Veremos como se resuelve...

Los nuevos llegan para quedarse...aunque sea poco tiempo!



Tengo que decir una cosa: aunque es cierto que esta nueva generación me ha gustado más que la de Jake (Jacob Artist), Marley (Melissa Benoist), Ryder (Blake Jenner) y compañía, me parece super injusto que estos chavales desaparecieran prácticamente sin explicación alguna y es que creo que deberían haberle dado un final a esta generación y no simplemente mandarles a otro instituto y hale, a fregar. Pero bueno, vayamos a lo que importa. Rachel y Kurt necesitaban miembros para New Directions, pero nadie quería presentarse. Es entonces cuando oyen a alguien cantando a lo lejos, lo que recuerda a cuando Will descubrió a Finn (Cory Monteith), solo que esta vez no está en las duchas del gimnasio, sino en la biblioteca. Esa voz pertenece a Roderick (Noah Guthrie): un chico tímido y regordete con un vozarrón a lo Hozier (dicho sea de paso, estoy enamorada de Hozier jaja) que se convierte en el primer miembro del nuevo glee club. Por otro lado, en la Academia Dalton pasa algo inaudito: una chica quiere unirse a los Warblers. Ella es Jane (Samantha Marie Ware), la única chica que estudia en Dalton, pues su padre y su abuelo estudiaron allí y, tras varios juicios, ella también lo consiguió. A pesar de los esfuerzos de Blaine y Rachel para que sea la primera chica Warbler, esto no ocurre porque ellos prefieren seguir siendo un coro solo de chicos, por lo que la trasladan al McKinley y entra en New Directions. Los siguientes en unirse son Mason (Billy Lewis Jr.) y Madison (Laura Dreyfuss): unos gemelos animadores que parecen una versión cuca de Cersei y Jaime Lannister. Seguidamente se unirán Spencer (Marshall Williams): el nuevo quarterback que es homosexual y está más bueno que el pan que se une después de un emotivo discurso de Sam en el que le cuenta que se puede ser quarterback y estar en el glee club, como ya hizo Finn en su día, y una cara conocida: la de Kitty (Becca Tobin), la única de la "generación anterior" que sigue en el McKinley. Estos chicos serán los únicos integrantes de New Directions por un tiempo, hasta el día de la Bar Mitzvah de Myron (J.J. Totah), de quien me declaro super fan: ¡es como una especie de mini Kurt malvado! ¡Mola un montón! Resulta que Myron es el sobrino del superintendente Harris (Christopher Cousins), y éste le pide a Sue (Jane Lynch) que New Directions actúen en el Bar Mitzvah de Myron, cosa que Sue les obliga a hacer y, tras el cual se unirán Myron (que por lo visto es superdotado y le trasladan al instituto) y Alistair (Finneas O'Connell, que puede presumir de ser el único actor de la serie que es realmente un adolescente): un amigo de Roderick que va a verles y al cual Spencer ya le había echado el ojo y que, tras una bonita escena con beso incluido, convence para que se una a New Directions (siendo la primera y única pareja de "los nuevos", pero de parejas hablaré luego). Tras estos dos fichajes, ya son 8 miembros, pero, si recordáis, necesitan 12 mínimo para competir. Pues, para desgracia de unos y beneficio de otros, la Academia Dalton se incendia, y los Warblers son trasladados al McKinley, haciendo de esta manera que New Directions tenga miembros de sobra para competir (y que haya overbooking en el insti, porque son ciento y la madre!). Y mientras....¿qué pasa con Vocal Adrenaline? Pues bien, como el nuevo líder, Clint, es un porculero de mucho cuidado, Will acaba dimitiendo y volviendo al McKinley como asistente de Rachel y Kurt, por lo que Sue se convierte en la nueva directora de Vocal Adrenaline, y, aunque parece que lo hace para joderles y que pierdan, en realidad lo hizo para ayudarles desde el territorio enemigo, lo cual da resultado, pues gracias a ella, consiguen vencer a Vocal Adrenaline, en incluso, ¡llegan a las Nacionales!

Oh la la l'amour!!


La historia de Spencer y Alistair no ha sido la única historia de amor de esta temporada, es más, por decirlo de alguna manera, Cupido ha estado bien ocupado. Empecemos con la pareja por antonomasia de la serie: Klaine. La temporada pasada acabamos con que estaban prometidos y mega estresados por todo lo que eso conlleva, con lo que, como os he contado antes, acaban rompiendo y Blaine regresa a Ohio tras ser expulsado de NYADA. Cuando Kurt regresa, decide reconquistarlo pero...oh! ¡Blaine está con alguien! Y no con cualquier, sino con un viejo conocido de la serie, ni más ni menos que con Dave Karofsky (Max Adler), cosa que me parece fatal, porque si Blaine no está con Kurt lo lógico sería que estuviese con Sebastian, pero bueno, supongo que Grant Gustin está demasiado ocupando siendo Flash (OMG el último capítulo! ¡Cisco, te quiero! Perdón, lo tenía que decir jaja) y por eso han puesto a Karofsky jaja El caso es que Kurt fingirá que lo acepta y buscará consuelo en los brazos de un hombre mayor: Walter (Harry Hamlin, al que todos conocemos por su papel de Ned aka "padre de Jimmy" en la gran Shameless, lo que hace que me cuestione si este hombre solo interpreta a maduritos recién salidos del armario o qué). Pero todos sabemos que Klaine están destinados a estar juntos pase lo que pase y gracias a los esfuerzos de Sue (sí, de Sue, por lo visto es como una groupie de Klaine) que a veces rozan lo macabro (eso de encerrarlos en un ascensor y sacar al payaso de Saw caracterizado como ella...como que no), acaban juntos (mención especial para la comprensión de Karofsky y Walter, que yo me entero de que mi churri me va a dejar por otro y le armo la de Dios, pero no, ellos lo entienden perfectamente e incluso se alegran...cucu cucu) y se casan en una ceremonia doble con Britanna (Heather Morris y Naya Rivera, quien está embarazada, por cierto). ¿Qué? ¿No sabíais que Britanna se casaban? Pues sí. Se prometen esta misma temporada y, como aquí el que no corre vuela, pues se casan a los pocos capítulos, a pesar de la oposición de la abuela de Santana (Ivonne Call), que no ve muy bien eso de que su nieta sea lesbiana, pero que gracias a Sue (que no es tan mala como parece en el fondo) acude a la boda. Brittanny es quien convence a Klaine de que tengan la ceremonia doble, ya que ellos acaban de volver y no estaban pensado en casarse, ceremonia que además oficia Burt (Mike O'Malley), el padre de Kurt. Bueeno, bodas aparte, seguro que os estáis preguntando que pasa con Rachel. Pues resulta que se va a acercando a Sam cada vez más, pero no quiere nada con él porque tiene a Finn aun en mente y él, por su parte, sigue pillado de Mercedes (Amber Riley), pero ésta les da su aprobación, así como todo el mundo, incluida Carole (Romy Rosemont), la madre de Finn, pues creen que merecen ser felices, y cuando parecía que iban a acabar juntos... pam! Jesse St. James (Jonathan Groff) vuelve a su vida, ya que le ofrecen hacer un espectáculo en Broadway con él, y, aunque Rachel lo rechaza para irse a NYADA, no puede evitar caer en sus redes y acaba volviendo con su antiguo amor, cosa que, estaba clara, porque si Rachel no acababa con Finn acabaría con Jesse, pero eh! ¡Señor Ryan Murphy! ¿Por qué romper la pareja Samcedes entonces? No tiene sentido... en fin... Por otro lado, Tina (Jenna Ushkowitz) le pide matrimonio a Mike (Harry Shum Jr.), pero él la rechaza y ella acaba haciendo lo que yo llamo "el pacto de Friends" con Artie (Kevin McHale): si a los 30 no están casados, se casaran entre ellos. Y, respecto a los nuevos, la única pareja que acaba junta junta es la de Spencer y Alistair, porque dan a entender que Mason y Jane también acabarán juntos, pero, una vez más, Mr. Murphy abandona a los nuevos y deja sus historias sin terminar... 
Y bueno, esto no es historia de amor, pero lo tengo que meter por algún lado jaja: la entrenadora Shannon Beiste (Dot-Marie Jones) se somete a una operación de cambio de sexo y pasa a llamarse Sheldon (yo pensaba que si alguien se cambiaba de sexo sería Unique...pero bueno xD), cosa que no entiendo, porque ella dijo en un capítulo que no era lesbiana, entonces...es raro, porque si le gustan los tíos ¿sería un transexual homosexual? No sé, son rayadas mías que os quería comentar jaja

Back to the past, back to the present, back to the future:


Los dos últimos capítulos de la serie se puede resumir con la frase que da título a este párrafo. Y es que en el último capítulo viajamos a 2009 para descubrir la razón por la que los miembros originales se unieron al glee club (e incluso vemos a Blaine por ahí, con su uniforme de Dalton). Descubrimos que Rachel se unió porque estaba en todos los clubs habidos y por haber, que Kurt lo hizo porque su padre le pidió (bueno...le exigió) que se uniese a algo para hacer amigos y éste, a su vez, se lo pidió a Mercedes, y que Artie y Tina se unieron por lo que viene siendo un "¿a qué no hay huevos?". Curioso este capítulo, porque en al final ponen cuando cantaron Don't stop believing por primera vez, en homenaje a Cory Monteith, y se ve el cambio físico que han experimentado estos chicos: Rachel y Tina con unos kilitos de más (que no gordas, eh? pero sí algo más llenitas), Kurt más mazado, Mercedes con el pelo más largo y Artie sin el pelo tazón ese tan horrible que llevaba en los primeros capítulos. Un capítulo que en mi opinión sobraba, pero bueno, había que homenajear a Cory de alguna manera... Tras esto, volvemos al presente, donde se ve a New Directions ganando las nacionales, tras lo cual, el Superintendente Harris decide hacer del McKinley un instituto dedicado a las artes y nombrar a Will director, quien, a su vez, delega la misión de dirigir a New Directions a Sam: el único que decide quedarse allí, pues el resto decide volver a Nueva York, bueno, menos Mercedes, que se va de gira con Beyoncé (así de jajas, ¡yo también quiero!). Cinco años después, nos encontramos con cómo ha cambiado la vida de nuestros protagonistas: Will sigue en Ohio casado felizmente con Emma (Jayma Mays), aunque ahora le han dado algún que otro hermanito al pequeño Daniel Finn. Artie ha conseguido lleven uno de sus guiones a la gran pantalla y que la protagonista sea Tina, que ahora es su novia, y que Mercedes, nueva diva del pop, sea quien pone la banda sonora. Klaine se han convertido en una pareja icónica para los homosexuales y ahora están en Broadway y...¡van a ser papás! Y el vientre de alquiler no es otro que su gran amiga Rachel, ahora casada con Jesse, quien, tras muchos esfuerzos y de manos de Andrew Rannells (al que pudimos ver protagonizando otra serie de Ryan Murphy: The new normal, donde su personaje es una parodia de Ryan Murphy, ved la serie y lo entenderéis, no es muy larga y está graciosa xD) recibe el Tony a la mejor actriz en un musical. La serie acaba con Sue (ahora vicepresidenta de los Estados Unidos, era cuestión de tiempo que esta mujer se hiciera con el poder, lo raro es que no sea presidenta jaja) reuniendo a prácticamente todos los actores que han pasado por la serie a lo largo de estos seis años y pidiéndoles perdón por haber intentado destruirles durante todo ese tiempo, para al final acabar cantando todos ese temazo de OneRepublic llamado I lived

Aunque el final ha sido bastante feliz y muy cerrado, me hubiese gustado que hubiesen contado cómo les ha ido la vida a los demás de los personajes que joer, ya no solo los nuevos, me hubiese gustado saber qué fue de Britanna, Mike o Quinn (Dianna Agron) y Puck (Mark Salling), por ejemplo. Aún así, creo que todos nos quedamos con las enseñanzas de Glee más que con su final (o bueno, que con sus últimas temporadas...), y es que esta es una de las series que pasará a la posterioridad, y que les diremos a nuestros hijos en un futuro "¡Anda! ¡Si esa serie la veía yo de adolescente!" 

Y, para despedirme, os dejo la que para mí ha sido la mejor cover de Glee en toda su historia: Smooth criminal, original de Michael Jackson e interpretada por Naya Rivera, Grant Gustin y 2Cellos:

 


Un besazo chicoss!! Nos vemos muy prontoo!! ;)

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